Y qué mejor para arrancar este blog que un clásico como El apartamento, peliculón de Billy Wilder protagonizado por Jack Lemmon y Shirley MacLaine. Por más veces que la he visto, me es imposible hacerlo sin emocionarme cada vez, sin reirme con sus geniales diálogos y sin volver a enamorarme de la Srta. Kubelik, la bella ascensorista encarnada por MacLaine.
Si el final de "Con faldas y a lo loco" pasó a a historia con su frase "Nadie es perfecto", el de "El apartamento" consigue darle un giro al clásico "happy end", sustituyendo la típica imagen del beso final sobre la que aparecen las palabras "The end" por una partida de Gin Rummy, en la que Lemmon reparte sin mirar a las cartas, con sus ojos fijos en su amada.
A lo largo del filme, poco a poco se nos va contando la soledad de los dos personajes principales y su lucha por salir de ella. Y a la vez es una historia sobre la conquista de la propia dignidad, también vivida en paralelo por los dos.Es una de esas comedias que, sin dejar de serlo, atraviesa momentos amargos y que nos calan hondo. Incluyendo un intento de suicidio narrado de modo bastante real. Uno de esos momentos es aquel en el que el amante de Fran Kubelik(Fred McMurray), hombre casado y de buena posición, le tiende un billete de 100 dólares diciéndole que no ha tenido tiempo de comprarle un regalo. "Cómprate algo que te guste", le dice, mientras el rostro de ella refleja un dolor y una soledad indescriptibles. En ese momento es inevitable para el espectador pensar: "mujer, vete con Jack Lemmon, que el hombre te quiere de verdad".
Pero una comedia que se precie no pueden faltar los equívocos. Y el de los vecinos creyendo que nuestro amigo no hace más que correrse juergas, sin saber que quienes lo hacen son sus jefes a quienes presta la llave del apartamento, da lugar a momentos geniales. " Baxter, es usted un trapisondista de primera", le espeta el doctor convencido.
En fin, todo un clásico, como decía al principio, una película imprescindible a la que en cada nuevo revisionado se pueden sacar siempre cosas nuevas.
Efectivamente, un peliculón. Y buenísimas las tre fotos elegidas, José Luis:
ResponderEliminar1. Es de una geometría impresionante. ¡Y pensar que el trabajo de todas esas personas ahora lo hace una hoja Excel en cuestión de segundos...!
2. Aunque no es santo de mi devoción, he de decir que es increíble lo guapa que está Shirley en esa foto.
3. ¡Qué pedazo de actor! ¡Como muestra la desesperanza, la frustración, ....!
En efecto, Jack Lemmon era un actor increíble, que seguramente dará alguna otra vez que hablar en el blog. En esta, peli por ejemplo, recuerdo también el primer plano cuando se prueba el sombrero, sonriente; llena la pantalla el tio.
ResponderEliminar¡Felicidades por el blog! Seguro que entraré de vez encuando pues, junto con los cómics, el cine es otra de mis grandes pasiones. Sólo tendriais que ver las estanterías de mi buhardilla.
ResponderEliminarMagnífica película y, su director, uno de mis favoritos. ¡Qué decir también de títulos como Con faldas y a lo loco, Uno, dos, tres o Irma la dulce (por no hacer la lista muy larga...)
Bienvenido, Chesus! es un placer verte también aquí.Esperamos tus visitas y comentarios, a ver si damos un poco de vida a esto. Las películas que citas de Wilder son desde luego imprescindibles y cada una de ellas por sí sola daría para extenderse un buen rato... Saludos y hasta pronto!
ResponderEliminarChesus, aunque no nos conocemos, bienvenido. Esperemos entre todos pasar un buen rato a base de sobredosis de 7º arte.
ResponderEliminarPor cierto, ¿alguien sabe por qué nos ponen 10 horas menos en la hora de los comentarios, etc? Esto suena a West coast.
ResponderEliminarMaravillosa pelicula.Jack Lemmon está esplendido.
ResponderEliminarMuy buen blog.Me encanta esta cinta.
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