martes, 19 de marzo de 2013

"El Puente Sobre el Río Kwai y Rebelión a Bordo"




El Puente Sobre el río Kwai y Rebelión a Bordo, son dos películas que destacaría, de entre las rodadas en su época, en color, como superproducciones de cine bélico o de aventuras. Ambas son de esas producciones perfectamente realizadas, con un extraordinario cartel de actores tanto principales como secundarios, y que resultan entretenidas desde el primer minuto hasta el último, con villanos un tanto histriónicos, pero que imprimen el morbo y la tensión suficiente a lo largo de la pélicula. A mi por lo menos, son las dos que más me han gustado y entretenido de entre las de esta categoría.

 Ambas tienen el sello de las superproducciones de la época, nada que ver con las actuales. Así  mismo, aunque se enmarcan en momentos históricos concretos, sus protagonistas no tienen nombres propios verídicos (aunque seguro existieron con otros nombres) y por tanto no tienen la carga histórica de otras producciones similares, lo que da más flexibilidad a las situaciones y a la personalidad de los protagonistas, con excelentes resultados. En cualquier caso, son dos ejemplos de como el buen hacer y el talento superan con creces a los mejores efectos especiales de algunas de las películas actuales."Master and Comander, al Otro Lado del Mundo" es uno de los escasos ejemplos de entre las películas actuales de aventuras que, sin grandes pretensiones, puede estar a la altura (rodada en 2003 por Peter Weir, director de películas todas ellas con buena nota como El Club de los Poetas Muertos, Unico Testigo o El Show de Trumman)

Curiosamente, ambas películas tienen como eje el enfrentamiento entre dos personalidades, al hilo del cual se desarrollan todo tipo de situaciones que mantienen la tensión en todo momento.

El Puente sobre el río Kwai, dirigida en 1957 por David Lean, y premiada con 7 oscars, se desarrolla en un campamento japones con prisioneros del bando aliado, en el sudeste asiático, durante la II guerra mundial. Al mando del campamento está el coronel Saito, un fanático dispuesto a cualquier cosa con tal de cumplir con su mandato, la construcción en plazo del puente usando como mano de obra a los prisioneros del campo, entre los que se encuentra un batallón británico comandado por el coronel Nicholson, que también raya en el fanatismo en el cumplimiento de su deber, e interpretado por Alec Guiness. El conflicto surge cuando el japonés pretende que los oficiales prisioneros realicen trabajos manuales junto con la tropa, a lo que se opone el inglés, por estar en contra de los tratados internacionales. En torno a este pulso surgen todo tipo de castigos y situaciones. Por otro lado, desde fuera del campo, otro comandante inglés no menos fánatico, encabeza una misión de sabotaje del puente, con la ayuda de un americano fugado del campo, interpretado por William Holden.

Como no podía ser menos, Alec Guiness nos ofrece un festival interpretativo en el que no faltan sus habilidades gestuales y mímicas, de  las que el siguiente corte, con el coronel Saito, es un buen ejemplo:








En Rebelión a Bordo, dirigida en 1962 por Lewis Milestone, y secuela de una primera versión interpretada por Charles Laughton, el enfrentamiento surge en un barco de la armada británica, La Baunty, con misión de traer una planta de las islas del pacífico para cultivarla y alimentar a los esclavos americanos, todo un encarguito. El capitan Bligh, al mando, interpretado por Trevor Howard, es un ambicioso trepa, que ve en esta misión una ocasión para ascender en el escalafón, y no duda en aplicar con  tiranía el reglamento de la marina para conseguir su objetivo. Por desgracia para él, el almirantazgo le designa como segundo de abordo a un oficial de abolengo, más preocupado por cuestiones de honor y de alcurnia que por el trabajo duro, interpretado por el gran Marlon Brando. La tensión entre ambos, así como en la tripulación, irá aumentando a medida que el capitán no duda en aplicar toda su tiranía, con castigos cada vez más severos.

Aquel año, los premios de la academia fueron para Lawrence de Arabia, pero sin duda esta es una gran película, entretenida e ilustrativa de cuales eran las costumbres y condiciones de vida en la armada británica de la epoca. Destacan además la gran interpretación de actores secundarios como Richard Harris o Gordon Jackson.

Dos propuestas para pasar una tarde entretenida, y aunque ambas películas tienen un metraje extenso, su visión no se nos hará larga.










4 comentarios:

  1. Interesante artículo y acertado paralelismo, Oscar. Qué grande Alec Guinness! En cuanto a los oscars, por esa época ha habido años en los que competían por los premios películas que hoy tienen el rango de grandes clásicos, habrían hecho falta varias entregas por año!! :-)

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  3. Gracias Jose Luis. La verdad es que repasar anteriores ediciones de los oscar, nos puede dar una idea de como ha evolucianado (a peor) el nivel de las películas premiadas.
    Un buen tema para otra entrada.

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  4. Pues sí, puede ser interesante tratar este tema; a ver si reactivamos un poco esto. Si te animas tú ya sabes...

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